EDSON RESÉNDEZ
EDSON RESÉNDEZ
¿Como empieza tu vida en el fútbol?
E: Yo siempre he dicho que me enamoré del deporte, me enamoré de la disciplina, me enamoré de entrenar todos los días, me enamoré de sentir un uniforme profesional, de entrenar con los mejores, de viajar, me enamoré de la dinámica de ser futbolista.
Desde que tengo memoria mi papá es muy futbolero, soy hijo único entonces siempre fui muy apegado a mi padre y le encanta el fútbol, yo creo que él reflejó sus sueños en mí y fue una influencia importante.
¿Cómo fue que de Los Mochis terminas en Monterrey?
E: Fue un viernes y habían programadas visorías para jóvenes más grandes que yo e iba a entrenar con mi rutina normal, de los viernes en las canchas de a lado, pero surgió una necesidad de un portero que completará el interescuadras y me metí, me terminé quedando, fui 15 días de pruebas a Monterrey, fue una etapa muy bonita a mis 10 años. Al año siguiente regresé a Monterrey para no regresarme nunca.
¿Cómo fue que decidiste ser portero?
E: Yo siempre fui portero yo creo que la posición me escogió a mí, yo empecé jugando en mi colonia como la mayoría y el equipo en el que estaba la verdad es que nos llegaban mucho, no éramos los mejores de la liga entonces tenía muchas participaciones y creo que de tantos goles que me metieron, de tanto estar insistiendo me fui acercando más en la portería y con el tiempo ya me conocían como el portero, llegaba a cualquier campo y ya decían «ya llegó el portero… el portero y ya me quedé para siempre».
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¿Eso fue lo que te forjo?
E: Mi papá y mi mamá trabajaban, entonces pasaba por mi el entrenador de toda la vida, que es Carlos Ochoa de Los Mochis, soy de Sinaloa y pasaba por mi súper temprano antes de que empezaran a entrenar todas las categorías, le ayudaba con el material y le ayudaba a armar más o menos el entrenamiento, entonces estaba allí desde antes que todos y me iba hasta el final, me quedaba y entrenaba con más categorías y recogía el material. Me enamoré del deporte te digo desde el primer momento yo creo que eso también ayudó muchísimo para que a mí me entrara la curiosidad y el querer progresar en esta profesión.
¿Fue un cambio muy fuerte?
E: No, yo creo que no me di cuenta, yo al final de cuentas era muy niño sabes, yo tenía 11 años cuando llego a Monterrey, tú sabes cuando le enseñas un juguete a un niño lo quiere con todo su ser.
Yo siempre he dicho que los que más (por así decirlo) sufrieron y los que llevaron a mayor carga fueron mis papás, soy hijo único y bueno que a los 11 años se vaya tu único hijo, yo creo que para ellos fue más impactante.
Yo estaba jugando el deporte que quería, estaba haciendo lo que me gustaba, entonces el tiempo se me fue, entre trabajo y el desarrollo fue rapidísimo.
¿Estuviste en casa club?
E: Sí estuve en la casa del club rayados de Don Roy y Doña Rosy desde los 11 años hasta los 17 años.
¿Como fue convivir con tantos niños?
E: Creo que todavía se me hace que tengo vigente el récord de que soy el más chico que ha llegado, tenía 11 años y el que más se me acercaba a mí tenía creo que 13 años, pero la verdad es que me trataron muy bien, me arroparon como el hermano menor de todos, Don Roy y Doña Rosy también grandes personas, me tocaron dos angelotes,fue muy bonito la verdad, yo lo estaba pasando bien y lo estaba disfrutando.
¿Hiciste algunos sacrificios?
E: Yo creo que empiezas a ver los sacrificios ya de grande, cuando pasa el tiempo y miras atrás y «dices sí estuvo difícil», salirse de la casa a los a los 11 años, dejar a tu mamá sin hijo y todas las cosas que eso con lleva, cuando ya de grande miras atrás no medias el riesgo, yo en ese entonces era lo que quería llegar, estaba feliz.